Cómo presentarse y saber llevar las relaciones con los clientes




A la hora de presentarse ante un cliente o ante un nuevo cliente, el aspecto externo sí es importante, por lo que hay que cuidarlo. La presentación es clave, así que hay que cuidar todos los detalles, tanto aseo, vestimenta como presencia. La vestimenta dependerá mucho también en qué trabajo te desarrolles, pero también hay que elegir algo de acuerdo a la propia personalidad.

Hay que tener en cuenta también detalles importantes. Conocer de qué irá la reunión o información de la otra persona o empresa antes de recibir a un cliente. Conoce toda la información que debes saber, incluso más, para poder utilizarlo en la conversación y no caer en ningún fallo tonto. Ten en cuenta también la misión, visión y valores del cliente o su empresa. Una vez que ya estás con el cliente lleva a cabo lo que has pensado, ajústate al cliente en todo lo que necesita pero llevándole a tu terreno. Hay que saber “venderse”.

Intenta escuchar más que hablar, esto hará ver a la otra persona que te interesa. Además, que preguntes no es malo, también muestra interés, y además te ayudará a no tener ninguna duda tu colaboración con el cliente o para no encontrarte en un proyecto que no puedes asumir. Saber escuchar y la educación es clave, aunque también hay que saber dirigir y manejar la conversación aún dando la apariencia de que es la otra persona quien la maneja.

Es muy importante utilizar el entusiasmo, es clave para las relaciones y se contagia. Se debe hablar con claridad pero también con mucho entusiasmo, que se note que te apasiona. Cuida también el momento de la despedida.

La seguridad es muy importante. No se puede llegar a ganar en los negocios si no se muestra una imagen de seguridad, si no se está convencido de lo que se hace. Y es que es cierto que si tú tienes seguridad se la puedes mostrar a las otras personas, convencerlas de cara a dónde quieres llegar.

Para poder llegar las relaciones con los clientes hay que conocer al cliente, saber cuáles son los tipos de clientes y saber cómo tratar a cada tipo de cliente. Hay clientes difíciles, habladores, impacientes, groseros, pero todos son manejables, todos tienen una forma con la que tratarlos saliendo del paso. Sobre todo, nunca hay que perder la educación y hay que saber tratar a cada cliente en cada momento, intentando ofrecer cosas a su favor pero sin que la empresa pierda. Tanto en una reunión de negocios como ante cualquier tipo de cliente, la educación y saber actuar ante el cliente va a ser clave.